PROBLEMA PRINCIPAL

AVANCE DE LAS FRONTERAS AGROPECUARIAS

     A partir de la creciente demanda internacional de granos y carne, se genera una expansión en las fronteras agropecuarias que afecta a zonas que antes eran consideradas marginales. Para poder trabajar estos ecosistemas, se realizan obras de gran magnitud.

     Es el caso del Terraplén construido en el año 2005 por la Empresa Forestal Andina S.A. en las inmediaciones del Paraje Yahaveré. Esta obra se encuentra incluida completamente dentro de los límites de la Reserva del Iberá. El objetivo de su construcción es comunicar diferentes sectores del campo que se encuentran cubiertos por agua, y al mismo tiempo ofrecer terrenos altos y secos para el ganado vacuno, mientras que los sectores inundados se encuentran destinados a la producción de arroz.

     La problemática se basa en que la construcción de este terraplén fue realizada de manera transversal al escurrimiento natural de las aguas, obstruyéndolo.

     Es un caso llamativo ya que comprende múltiples aspectos. Se debe considerar que los procesos que se desarrollan en esta región son muy sensibles y la duración, magnitud y frecuencia del disturbio, se ven agravados porque se desconoce la permanencia de la presencia del mismo.

     “El terraplén posee hoy una longitud aproximada de 22 km y se extiende desde la lomada costera de Concepción, seccionando por completo la subregión conocida como “Planicie aluvial del río Corriente”, hasta alcanzar el borde mismo de la laguna Medina...El ancho superior del terraplén oscila los 6 metros y la altura con respecto al terreno circundante es de 1,5 m, aunque estas medidas varían a lo largo de la traza.” (Tomás Waller para FARN, 2011)

     Entre algunos de los impactos a considerar, hay que destacar cambios en la vegetación y el paisaje, alteración del carácter ecológico del ecosistema, pérdida de hábitats, pérdida de sectores del humedal, afectación de la biodiversidad, pérdida de corredores ecológicos, afectación al turismo y pérdidas socioeconómicas.

     Específicamente en el medio hidráulico, se puede decir que son dos tipos diferentes de efecto los que se generan:

• Durante las aguas bajas, los escurrimientos se interrumpen casi completamente y se generan extensiones de aguas muertas tipo lagunas, que antes de la presencia del terraplén escurrían de forma laminar.

• Durante las aguas altas, se forman arroyos con escurrimiento de gran fuerza erosiva, circundados de masas de agua casi estáticas.

     La relación de los niveles de agua, que anteriormente oscilaban según el caudal, el terreno y la ubicación, ahora se ve modificada por el efecto “represa” del terraplén, lo que cambia también los tiempos de permanencia de los mismos. Al cambiar la velocidad de escurrimiento, los tiempos de evacuación, la erosión, la deposición y el arrastre de sedimentos, se modela un nuevo paisaje, cambiando completamente la estructura del ecosistema.

     La importante presencia de los incendios periódicos que regulaban este sistema también se ve afectada, aguas arriba disminuyendo por el gran encharcamiento del suelo y actuando el terraplén como un cortafuego, interrumpiendo así de forma espacial estos eventos naturales. Por el contrario, aguas abajo, la menor permanencia del agua favorece un aumento en la frecuencia de los focos de fuego no deseado con riesgo de propagación a sectores más sensibles de la Reserva Natural.

     Con respecto a la fauna, estos cambios influyen directamente sobre la disponibilidad de alimento, refugio y nidificación, ampliándose estos efectos de manera concatenada desde la vegetación hasta los eslabones superiores de las cadenas tróficas.

     Se considera que ésta es la problemática principal de la región en éste momento, porque ha profundizado otras problemáticas ya existentes. La construcción del terraplén ha abierto las puertas a una región que antes era inaccesible. Esto genera una mayor penetrabilidad a zonas centrales de la Reserva del Iberá para cazadores y pescadores furtivos, aumentando junto con esto el riesgo de incendios nocivos para el ecosistema y los bienes humanos provocados a fin de facilitar la caza.